La decadencia del uniforme olímpico





Tras haberme tomado un periodo de reposo y con las Olimpiadas a la vuelta de la esquina, no podía dejar que comenzaran sin hacer mis críticas sobre el polémico uniforme que lucirá nuestra selección en Londres. Que sí, ya sé que se ha dicho de casi todo, que a nadie le gusta el diseño ruso y que con ese chándal más que a ganar medallas parece que vamos a robarlas, pero no nos queda otra que tragar con el modelito, que por cierto, dicen que ante la polémica generada, el uniforme actual es una versión más sutil que la primera propuesta, aunque en la misma línea. 





Y yo, que estaba asustada, con las carnes abiertas, porque pensaba que Pedro J extendería tentáculos para que su señora, la Reina de los corazones y las estrellitas diseñara nuestra vestimenta olímpica, pero no, hemos pasado de deportistas que podrían parecer teletubbies a deportistas que van a parecer macarras de cuarta, (los canis de mi pueblo llevan chándales con más gusto que esos).

El equipo de USA de Ralph Lauren
 
Para el equipo de USA se ha esmerado Ralph Lauren, para los ingleses la estilosa Stella McCartney para Italia han trabajado Prada y Armani, ¿A caso España merece menos? Parece ser que si, ójala venga la Merkel que parece se mete en todo y nos rescate de esta, porque de este bochorno no salimos vivos. De modo, que solo me queda ahogar esta angustia vital en un trago vintage y recordar que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor.

Y por ello, enlazando con la ropa deportiva es el turno de Jean Patou.

Stella McCartney con sus diseño para UK
 



Patou, nació en Normandía, (Francia) en 1880. En 1910 se trasladó a París con la intención de convertirse en modisto, abriendo su casa de moda dos años más tarde con un enorme éxito, de hecho su colección de 1914 fue adquirida por un único comprador estadounidense. Pero su fulgurante carrera se vio interrumpida por la Primera Guerra Mundial. Y la reapertura de su casa de alta costura no se dio hasta 1919, se hizo conocido especialmente por el diseño de ropa deportiva para las feminas, siendo considerado el inventor del traje de baño de punto o la falda de tenis.
 


 Creó el vestuario de la tenista Suzanne Lenglen, 1920. El equipo que concibió para “la divina” constaba de una falda plisada y un cárdigan sin mangas, toda una osadía para los años 20. Patou explicaba: "Mis modelos están concebidos para la práctica del deporte. Procuro que sean agradables de mirar como de llevar y que permitan una gran libertad de movimiento."



 

El diseñador tenía una competencia directa con Chanel en el mercado de la moda deportiva de señora. Todos los atuendos deportivos de Patou eran muy elegantes, pero especialmente los de tenis y golf. Eran diseños simples, modernos y elegantes, siempre experimentando en el corte y diseño.




 La ropa de Patou fue comercializada principalmente entre mujeres ricas de Estados Unidos. Cuando la bolsa se estrelló, también lo hizo el mercado de la moda de lujo. Pero el diseñador pudo sobrevivir a través de sus perfumes, que hoy día continúan siendo muy célebres. El más conocido es " Alegría ", llegando a ser uno de los más vendidos y costosos del mundo, (el primero es Chanel Nº5). Este perfume fue creado durante “la Gran Depresión” (1935) para los antiguos clientes Patou, quienes ya no podía pagar la alta costura de Patou. No dejo de innovar y comercializó "Huile de Chaldée", el primer aceite de bronceado.
 

Se mantuvo como empresa familiar hasta septiembre de 2001, cuando fue adquirida por Procter & Gamble Company. Otros diseñadores asociados a esta casa son Jean Kerléo o Karl Lagerfeld. El último capítulo la historia de la marca se escribió en 2011, cuando Parfums Ltd. adquirió la compañía; una empresa del Reino Unido con otras marcas de alta gama de fragancias.