La Superabuela de la Moda

Coincidiendo con el fin de la semana de la moda en New York y el comiendo de la misma en Madrid, nuestra Cibeles Fashion Week, la visualización diaria de desfiles por mi parte ha sido numerosa y diaria para estar al tanto que lo que sucede a este y al otro lado del charco. No solo suelo deparar en las prendas que portaban los figurines de pasarela, también me gusta deparar detalladamente en las modelos, que cada vez son más altas y esqueléticas, pero menos agraciadas de cara.


Por esta razón, dedico este post a una modelo que el pasado verano cumplió 80 años y aun sigue en activo, es la maniquí con la carrera mas longeva en el mundo de la moda y mirándola entenderéis que no es casualidad. 

Ella es… Carmen Dell'Orefice.

La diferencia entre una foto y otra es de más de 60 años

Nacida en 1931 en Nueva York, de una familia humilde de orígenes italianos y húngaros, Dell'Orefice fue descubierta cuando tenía 13 años, durante el trayecto en autobús a sus clases de ballet por la esposa del fotógrafo Herman Landschoff, quien presentó sus fotos a Vogue siendo portada un par de años mas tarde. 

Carmen, se convirtió en la modelo favorita del fotógrafo Erwin Blumenfeld, que la llevó a la portada de Vogue EE.UU. Como Caperucita Roja, Blancanieves y Cenicienta, junto con la supermodelo Dorian Leigh.

Las tres edades de la Superabuela de la moda
 
A pesar de su trabajo como modelo, Carmen que vivía con su madre y eran bastante  pobres, (sus padres estaban divorciados), por lo que ambas trabajaban como costureras para obtener ingresos extras, entre su clientela Dorian Leigh, hermana de la modelo Suzy Parker, que se convertiría en una de sus íntimas.

El aspecto que presentaba Carmen era de pura desnutrición y aunque esto hoy día le habría facilitado su valor de modelaje, en aquella época, no se estilaban las siluetas escuálidas y presentaba un problema para los fotógrafos, tenía que abultar los vestidos y hacer tomas estratégicas para dar una imagen algo más lozana. Aun así su esbelta figura, su 1,78 m y sus facciones angulosas pronto la convirtieron en un icono de moda mundial.




“Carmen, Las Meninas”




Durante los años consecutivos a esta primero etapa, trabajó con los fotógrafos de moda más importantes de la época, como Irving Penn, Parkinson, Richard Avedon (en la columna de fotos de la derecha de este Blog, la chica que salta con paraguas en mano es ella, captada por Avedon) o Melvin Sokolsky que captó para Harper’s Bazaar en 1960 con la icónica imagen, “Carmen, Las Meninas” mundialmente conocida. Y como no podía ser de otra forma el genio Salvador Dalí, también calló rendido a sus pies.


Se casó tres veces, tuvo una hija de su primer matrimonio y multitud de relaciones posteriores a sus matrimonios.



El pasado 19 de julio, se le otorgó un doctorado honorario de la Universidad de las Artes de Londres, en reconocimiento a su contribución a la industria de la moda, acompañado de una exposición retrospectiva de sus mejores trabajos y algunas fotografías de su archivo personal.




Carmen continúa apareciendo regularmente en campañas de publicidad para Vogue, W y  Harper’s Bazaar. Ha superado como nadie el paso del tiempo; en 2000 desfiló para John Galliano, en 2004 para Hermès y este mismo año desfiló para Alberta Ferretti.

«Gracia eterna», «fabulosa» o «la más bella del mundo» son algunos de los adjetivos que le dedican los expertos en moda.

La práctica del "Photocheo"

A la hija de Kate le faltan dos deditos aquí

El abuso del photoshop en los reportajes fotográficos de editoriales de moda no es ninguna novedad; rodillas interminables, cuellos de extraterrestre, perdida de dedos o cinturas propias de un reloj de arena, son entre otras las conversiones de esta ya imprescindible herramienta. A pesar de estos descarados errores, la práctica del “photocheo” es y continuará siendo un trámite obligatorio en portadas.


Querer llevar a la perfección a determinadas imágenes crea un afecto adverso, es un hecho, resulta bastante contraproducente, que el público (que no es tonto) y  se percate de estas exageraciones con horror.

Lo cierto, es que la búsqueda continua de la perfección viene de muy lejos, existiendo otras formas de hacer photoshop, con el fin de no captar la realidad humana.


El célebre busto de Nefertiti, que retrata a la mujer del faraón egipcio Akenatón, conocida por su belleza, fue esculpido según los cánones estéticos de hace más de 3.300 años y no es fiel a la realidad. Ella fue la única Reina inmortalizada en templos y monumentos. Pero un análisis desveló que debajo del busto que todos conocemos había otro rostro delicadamente esculpido, con unos rasgos faciales más reales, obviamente se trataba del rostro original; la realidad enmascarada por una perfección irreal, una sutil metáfora.


 
Los griegos, por su parte, también se sumaron a esta tendencia que evitaba plasmar lo existente, (evidentemente no todos poseían esos palmitos musculados y perfectos, una pena…). Con ello, se conseguía mediante la escultura perdurar durante generaciones en tu familia con un aspecto no real, pero eso sí, inmejorable. Esta tendencia será emulada por los talleres neoáticos de la época de Augusto en Roma.

Los seguidores de la serie Los Tudor, pudieron contemplar el horror de Enrique VIII, cuando se contempló así mismo ante un retrato de Hans Holbein “El Joven” 1537, más realista que el que le ofrecía un espejo, y este hecho refleja una actitud generalizada que dominaba las tendencias artísticas. El arte al servicio de la perfección.



Sissi antes de los 30 años, claro!



Saltando a los años 50, el cutis de Sissi durante su época de madurez, estaba muy deteriorado, motivo por el cual siempre llevaba velo. Las últimas fotos o cuadros que se hicieron de la emperatriz datan de cuando tenía 30 años. Tras cumplirlos se negó a posar más.



¿Excentricidad o sentido de la exigencia con uno mismo?


Quizás la belleza y el sentido de la perfección como apuntaba Platón, sea solo una idea.

Antes que Dior existía El Gran Fath


Con la publicación de un nuevo libro acerca de la vida de Coco Chanel “Sleeping With The Enemy: Coco Chanel’s Secret War” se aviva de nuevo la polémica sobre que personajes “ilustres” (aquí tratamos los del mundo de la moda), colaboraron con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial como espías, entre ellos (supuestamente), La Chanel -bajo el nombre clave de “Westminster”-, así como su colega de profesión Jacques Fath. Las acusaciones de este último están basadas en el hecho de que durante el transcurso de la guerra, la mayoría de su clientela fueron capitalistas alemanes, aunque esto no afectaría a su reputación, consagrándose su éxito después de la contienda.




De Coco Chanel, todo o casi todo se sabe ya, pero… ¿Quién es Jacques Fath?


En una línea, podríamos decir que fue quien se anticipó durante la década de los años 30 al famoso New Look que Dior desarrollaría siguiendo sus pasos.


Este diseñador francés nació en 1912 y desde muy joven se interesó por el mundo del diseño. Tras finalizar el servicio militar, se trasladó a París en busca de empleo como actor. Finalmente, acabó trabajando para una firma bursátil, diseñando en sus horas libres suntuosos disfraces que fueron muy exhibidos en los bailes de la capital. 



Fue un diseñador autodidacta, aprendió sobre el mundo de la moda viendo libros y yendo a exhibiciones. Con sólo veinticinco años, abrió su propia tienda, especializada, en trajes de fiesta. En poco tiempo el negocio fue adquiriendo solidez y a finales de los años treinta abrió su casa de alta costura, para ello contrató a jóvenes diseñadores como asistentes, muchos de ellos después formarían sus propias casas de moda, así fue el caso de Guy Laroche, Hurbert de Givenchy y Valentino Garavani.



Su cortísima carrera comenzaría en 1937 con su primera colección, se vería interrumpida por la segunda guerra mundial, que como muchos de sus contemporáneos, tuvo que cerrar su atelier. Regresando tiempo después a París, donde volvería abrir su atelier junto a su esposa Geneviève Boucher, (Sí, se casó, a pesar de ser extremadamente afeminado y ser relacionado con del director de cine francés Moguy Léonide).


El glamour que poseen sus vestidos, ha contribuido a que los años cincuenta fueran una época de pura elegancia. Para ello, el Gran Fath aportó siluetas curvilíneas, grandes escotes, diminutas cinturas y faldas de volúmenes infinitos, introdujo medias de chatilly y terminaciones para los vestidos en costuras zig-zag. Para la noche, abogó por los vestidos de terciopelo.




En 1948 desarrolló una línea lowcost para el público norteamericano, además también contribuyó en el mundo del cine; diseñó el vestuario de varias películas y vistió a célebres actrices como Greta Garbo, Ava Gardner y Rita Hayworth, (a esta última le diseñó el vestido para su boda con el príncipe Aly Khan).

La casa se ​​cerró en 1957, tres años después de Fath muriera por leucemia. Tiempo después hubo un intento por revivir la marca sin éxito, las operaciones cesaron y se dedicaron a la producción de perfumes, guantes, medias, y otros accesorios.

Una vez más queda patente que todo está inventado,  Jacques Fath 1950 VS Balenciaga 2011

Podríamos decir que el diseñador fue el Cavalli de su época...
tal vez menos farolón y mucho más original.