Después del paréntesis, por reuniones y comilonas varias con motivo de las fiestas navideñas, aquí estoy, vuelta a la carga. Y es que un poquito de todo lo que estoy comiendo yo en demasía, podría ir directo a ciertas partes del cuerpo de la chica de la que voy hablar, o sea, Amy Winehouse.
Amy, que es la reina de las malas compañías (aunque lo mismo dirán sus compañías de ella) y los excesos de todo tipo, también tiene buenos y nuevos propósitos para el 2011. La cantante, afirma comenzar una nueva etapa, tanto personal como profesional, con energías renovadas y la sensación de que una vez más, parece salir del túnel (un túnel que en este caso parece ser kilométrico y no tener fin).
No cabe duda alguna, de que la chica tiene talento, al menos cantando y cuando no anda autodestruyéndose puede ser capaz incluso de crear, y para muestra su incursión en el mundo de la moda de la mano de la firma británica Fred Perry.
Además, de jugar a las diseñadoras en esta colección, ha posado para la campaña publicitaria de la misma. Las fotografías han sido realizadas por Bryan Adams, una colaboración que une a dos astros de la música.
La línea diseñada por Amy, esta compuesta por 17 prendas, más complementos, todo ello aderezado por el característico estilo retro de la cantante (basado en los años 40-50) y el toque deportivo que aporta la marca. La colección esta formada por faldas tubo, minivestidos, polos, jerseys con rombos, trenchs, camisas…Vamos, las prendas de la marca que han llevado los pijos clásicos de antaño y llevan los modernos de hoy, y lo curioso es que nunca me hubiera imaginado a esta cantante con un polito de estos o jersey de rombos… Es lo que tiene el intento de un buen de lavado de imagen.
